Lamujerdemivida
 
 
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miércoles, mayo 09, 2007
tiritando en el kiosco, el número 42...
 
Esta vez, nos abrazamos a la traición. La estrujamos, la exprimimos, la zamarreamos. Traicioneros, traicionados, traiciones. Acá, entre nuestras páginas, escondidos, agazapados, a punto de saltarles a los ojos. No se lo pierdan.
 
posteado por La mujer de mi vida a 1:34 p. m.
 
 
7 Comentario(s):
Anonymous Anónimo dijo...
¿Para cuando la actualizacion del index con el numero 42? Siempre los leo de ojito, pero cuando escribe casciari la compro.
3:42 a. m. 
Anonymous Anónimo dijo...
Casciari es un genio. Lo más de lo más.
12:13 a. m. 
Anonymous Anónimo dijo...
este número esta exelente
8:49 a. m. 
Anonymous Anónimo dijo...
me en-can-tó este número.
1:44 p. m. 
Anonymous Anónimo dijo...
Come me duele este número¡¡¡
10:56 a. m. 
Blogger Juanmanuel dijo...
ESTE ES UN MENSAJE MÁS ALLÁ DE ESTE NÚMERO, QUE AÚN NO COMPRÉ EN PAPEL, QUES DONDE LA LEO. CUANDO LA LEA, LES CUENTO.
ÉSTO ES A RAÍZ DE QUE PUBLICARON EN EL CORREO PASADO UN MENSAJE MÍO Y ME LLEVARON A ESCRIBIRLES SOBRE LOS (DES)ENCUENTROS.
PERDÓN POR LA EXTENSIÓN A LOS LECTORES, PERO ADEMÁS DE QUE ME PARECÍA QUE NO IBA A ENTRAR EN EL CASILLERO DE COMENTARIOS, NO ME PARECIÓ MAL COMPARTIRLO CON TODOS.
ES DEL 1º DE MAYO, Y MUCHAS DE LAS COSAS QUE LES CUENTO SE HAN VUELTO A MODIFICAR. PERO ESO SERÁ PARA OTRA OCASIÓN...
ASÍ QUE ACÁ ESTÁ: CHA CHAAAAAAAÁN



ENCUENTROS (Y DES~)


I
La Mujer de mi Vida



Ese 8 de diciembre del 2004 estuvo casi todo el día nublado. El cielo se alternaba entre garúa, indiferencia y lluvia finita. Era miércoles, y comenzaba la Marcha de la Resistencia que cada año realizaban Las Madres para concluir el jueves, día histórico de las rondas alrededor de la Pirámide de Mayo. En aquél momento militaba activamente en Barrios de Pie, por lo que llegué temprano a la Plaza, para encontrarme con mis compañeros. Y entre mates, cuidar el stand, marchar cantando y explicarles a los turistas que qué cosa era eso, pasaba la tarde.
En otro sector de la plaza, Gisela, con quien estaba militando en el Área de Educación Popular, alfabetizando, marchaba y charlaba con una chica que se había sumado recientemente: Leticia, que enseñaba a leer y escribir en el Docke. No compartíamos ninguna reunión con ella, por lo que yo sólo la conocía por medio de nuestra responsable en común, Laurita.
A mi amigo Ángel yo lo había convencido de venir a Barrios de Pie en septiembre, y con él iba charlando de política, de la militancia y, por supuesto, de minas. Dijimos de comer algo en el Correo Central, pues nuestras panzas crujían.
Más o menos en el mismo momento, Leticia le dijo a Gisela que se tenía que ir, a lo que ésta le replica: “¿Por qué no vamos a ver a Juan Manuel?”
Y justo antes de que me vaya tras una milanesa, me vienen a ver nomás. “¿Así que vos sos la famosa Leticia?” “¿Así que vos sos el famoso Juan Manuel?”, nos dijimos cuando Gisela nos presentó. Se ve que Laura fomentaba la unión en el Movimiento.
Era linda. Y alta.
Hablamos, hubo risas y un entendimiento increado. Al cabo de un rato, se fue. Y yo, a comer. La verdad que a Angelito le hablé de una chica que había conocido dos días antes, y con la que anduve un mes y medio.
Justo en las postrimerías de esa relación, la suerte me volvió a cruzar con Leticia.
Laurita, nuestra responsable, había empezado a trabajar en Munchi’s y sus horarios rotaban, por lo que tomé un par de reuniones por ella. A una iban los promotores de educación de Lanús y Avellaneda; y como el Docke queda en Avellaneda, bueno, Leticia tenía que ir. Y fue.
Su punto de alfabetización venía con complicaciones, y ella propuso hacer una mateada para charlar de lo que venía pasando. Era justo después de la reunión. Al concluir ésta, ya en la calle, rumbeamos para la parada. Sin saber cómo sacar el tema, le digo, por fin “che, ¿y querés que te acompañe?” Me dijo que no me moleste, que no era necesario. Y yo que por favor, que no era molestia, era gusto y compromiso militante.
Era, además, 15 de enero y ese día sí hubo una onda común manifiesta.
Al ir llegando me apostó 50 $ a que no iba nadie. Yo acepté diciéndole que intuía una buena concurrencia. En efecto, no fue ninguno de los participantes del punto. Pero sí Laura, que salió corriendo del trabajo para llegar, si no a la reunión, por lo menos a la mateada; la que estuvo bien después de todo, pues pudimos discutir muy constructivamente Laura, Leticia, Norma, la coordinadora del comedor, y yo.
Con 50 $ a su favor, salimos. Y Laura con nosotros, que se quedaba charlando y no se iba. Habré pensado tantas veces “Laura andate, Laura andate, Laura andate…”, que lo habrá sentido y se fue.
Leticia solía tomarse un bondi hasta la avenida Mitre, a apenas 15 cuadras, para ahí tomarse uno hasta su casa. Yo le dije que esas cuadras se podían perfectamente caminar, y me ofrecí caballerosísimamente a acompañarla. En esas 15 cuadras le conté de mi plan de ser emperador de Quilmes, retomando su territorio original (desde el Riachuelo hasta el Salado); hubo más risas, bromas, guiños y al cabo de una serie de apuestas que gané, me dijo que sólo le debía 30 $. A lo que yo le respondí que 30$ eran 8 cervezas…
Digamos que todo estaba claro, pero como ella se iba de vacaciones y al volver me iba yo a Brasil al Foro Social Mundial, y, esto ella no lo sabía, yo todavía andaba con aquella piba, nos despedimos serenamente y la saludé desde abajo del colectivo.
Para mediados de Febrero yo era el encargado de dar un taller, de cuatro encuentros, sobre educación popular para compañeros recientes, o que nunca habían participado de uno. Como Leticia.
Ahora que lo pienso, no recuerdo cómo obtuvo mi dirección, pero en esos días me agregó al msn. Y como la militancia me hacía usar mucho Internet (mandar planillas, documentos, información), yo estaba bastante conectado.
Luego del segundo encuentro, me la crucé virtualmente 2 ó 3 veces, en las que me apuró para que pague mi deuda de cervezas. Ya sin la piba aquélla, le dije que el viernes a la noche, al salir del taller.
Y en un barsucho de San Telmo saldamos nuestra deuda de cerveza y besos.

Así fue que empezamos una relación que lo cambió TODO: ella se fue de su casa, en la que una madre despótica le jodía la vida; y de a poco, va ganando en confianza y aprende a valorarse. Dice, también, que ahora piensa que no todos los hombres son unos hijos de puta. Yo, además de empezar siquiera a pensar qué hacer con mi vida para dejar de sólo “fluír”, ahora me tomo en serio la relación con las mujeres, dejé de creer que no me queda otra que ser un “ave de paso”, al decir del tango de Cadícamo, y aunque lo que diga ahora parezca de la Para Ti, empecé a hablar de mis cosas con las personas queridas; de mis dudas, de mis planes, de mis divagues, de mis temores.

Y eso es irreversible. Ya no se puede volver atrás.

Todo gracias a enamorarme de la Mujer de mi vida.



II
Lamujerdemivida

No todos tienen miedo de ir al dentista. Pero nadie nunca jamás ha disfrutado ni disfrutará de ir. Mi dentista era simpática, como una tía que dice pavadas para hacerte reír, pero con la ventaja de saber que no me unían a ella más que mis dientes y mi dinero.
El problema era la sala de espera. Ella me daba un horario, pero SIEMPRE me atendía una hora y media más tarde, llegue a la hora que llegue. Además, siempre hacía calor: en verano porque era verano, y en invierno porque la súper estufa hacía que siguiera siendo verano. El revistero era el típico de cualquier sala de espera: Cosmopolitan, Caras, Gente, Pronto, una desgracia, bah. Fue un lugar que me ayudó a avanzar con mis lecturas atrasadas.
Un día fui decidido a hundirme en el fago de la vanidad y leer cualquiera de esas revistas y enterarme de qué le pasó a quien apenas conocía por fotos y que no tenía por qué saber nada de su vida privada. Revolví bien, para encontrar un rostro desconocido. Y en ese revolver, di con una revista de formato novedoso para mí. Era lo más extraño de todo el revistero. Tenía colores celestes y azules y una moneda de un peso en el centro de la tapa. ¿Era una revista que hablaba del dinero? No parecía una publicación económica, pero ¿qué era entonces? Bueno, era Lamujerdemivida…
La leí sin cesar hasta que escuché que el paciente que estaba adentro estaba por salir. Como me hallaba solo en la sala de espera, no lo dudé: me la robé taimadamente.
Estaba ansioso, quería que la consulta pasara más rápido de lo que siempre quería que pase rápido. Pasó. Ya en la calle, la leía caminando rumbo a la parada del colectivo, y después en el colectivo, y después en mi casa. Y la leí toda. Y dije “pero qué revista más simpática…”
Me pasó como cuando uno conoce a una persona con la que te entendés de inmediato, teniendo los dos la misma carga implícita.
Como con Leticia.

Y así me enamoré de Lamujerdemivida.

(Una tarde no tenía nada de ganas de estudiar y me fui caminando por Pueyrredón desde Once a Plaza Francia, a comprar alguna jiponada.
Al llegar a Las Heras decidí pasar por la Biblioteca Nacional, no sé bien por qué. Al lado, en la Plaza del Lector, había muchos puestitos con artesanías y publicaciones raras. Y atendido por una rubia muy linda, uno de ellos ofrecía números atrasados de Lamujerdemivida. Me acerqué, y al hablar con la rubia noté un acento europeo. Le pregunté el nombre, esperando una respuesta exótica. Me desilusioné con un “Ana”. Pero la desilusión se eclipsó con su simpatía y efusividad.
En cuanto pude, al volver, agarré una LMDMV que ya tenía, para mirar el staff. Supuse ingeniosamente que la pasante Annakarin era Ana.
Tuve la precaución de no enamorarme de ella, por estar ya en ese momento enamorado. Además, en un número posterior Annakarin en una nota decía que tenía novio; y qué iba yo a pretender con mi inestabilidad rioplatense contra esa perfección sueca…
Aunque cuando uno se enamora lo que menos tiene es precaución, en fin…)

Nunca le agradecí a mi dentista el haberme permitido conocerlos.





***






NOTA EXPLICATIVA

En “El Príncipe”, Maquiavelo describe cuáles deben ser las estrategias del gobernante para tomar o controlar el poder. El pasaje más revelador y substancioso para mi lectura adolescente, que me acompañará por siempre, fue el que versa sobre la fortuna.
Retomando viejas tradiciones, le da vida propia al compararla con un río. Ése río a veces marcha sereno por su cauce, más o menos torrentoso; pero en ocasiones se desborda arrasando con lo que se encuentra en su camino.
Volviendo de la alegoría, la tarea del príncipe es prever, o mejor dicho prepararse para esos desbordes, procurando construír a tiempo diques, canales de desagote y otras previsiones.
Dicho en criollo, la fortuna sería todo aquello que no está en nuestras manos resolver. A nosotros nos queda actuar sobre eso.
Y aquí entra en juego el papel de la virtú, que sería la voluntad y la habilidad del gobernante para cumplir sus propósitos. Ambas fuerzas chocan e interactúan en la ocasión, la realidad, bah.
De este modo, el florentino pone de relieve lo acotado de la capacidad de cada uno para hacer lo que nos venga en gana, pues allí afuera está el mundo vapuleándonos cuánticamente.
Y después de este prólogo a esta nota epilogar, digo, o mejor, pregunto:

¿QUÉ HUBIERA PASADO SI GISELA LE DECÍA A LETICIA “BUENO, SI TE VAS TE ACOMPAÑO”? ¿Y SI CUANDO GISELA LE PROPONE VENIR A CONOCERME, ELLA LE DICE QUE SÍ, PERO QUE ANTES IBA A COMPRAR CIGARRILLOS, Y AL LLEGAR YO YA ME HABÍA IDO CON ÁNGEL A COMER AL CORREO CENTRAL? ¿Y SI EN VEZ DE GARUAR DILUVIABA Y LETICIA NI IBA A PLAZA DE MAYO?
¿Y SI LAURA NO EMPEZABA A TRABAJAR, Y YO NO IBA A ESA REUNIÓN?
¿Y SI A LA SALIDA DE LA MATEADA LAURA SE QUEDABA Y NOS DECÍA DE IR A TOMAR ALGO Y YO NO CAMINABA ESAS 15 CUADRAS A SOLAS CON LETICIA?

Del mismo modo:

¿Y SI MIS VIEJOS NO HUBIERAN SIDO AFILIADOS DE IOMA, YO HABRÍA IDO A ESA DENTISTA? ¿LOS HABRÍA CONOCIDO A USTEDES? ¿Y SI OTRO SE ROBABA LA REVISTA UNA SEMANA ANTES? ¿Y SI MI DENTISTA CUMPLÍA CON SUS HORARIOS Y YO NUNCA ME FIJABA EN SU REVISTERO? ¿Y SI LOS CONOCÍA EN OTRO MOMENTO, PERO LA TARDE PARA QUE ME ATRAPARAN ERA ÉSA Y NADA MÁS QUE ÉSA?*

Yo sé que esas preguntas llevan a interrogantes de este estilo: “¿y si mis viejos no se conocían yo hubiera estado acá, de algún modo aunque sea?”.

CUANTO MÁS RETROCEDEMOS POR LOS SENDEROS BIFURCADOS DEL JARDÍN QUE POR NO SER TRANSITADOS SE EVAPORARON, MÁS ESPANTO NOS PROVOCA LA FRAGILIDAD DE ESTA posibilidad QUE LLAMAMOS REALIDAD.

Y si bien no estoy seguro de querer ir tan lejos, es en esa dirección en la que quiero transitar. Porque quiero con todo esto hablarles de los encuentros.

Volviendo a la fortuna maquiavélica, lo que hace posible que hagamos, digamos, propongamos o incitemos a nuestra amada, lo que permite que pensemos en ella o que le regalemos una margarita, es el original encuentro que con ella nos organizó la FORTUNA. Y con eso nosotros no tuvimos NADA, pero NADA que ver.
Luego sí, está en nosotros, no el uso de la amoral virtú, sino de nuestras capacidades de amantes consecuentes para conquistar ese amor y luego hacer y ser felices.
Pero SIEMPRE luego de que la fortuna nos presente un determinado escenario donde actuar.

Me sorprendí al ver mi mensaje en el último número.
Primero porque me había olvidado. Y segundo porque ya no estoy de novio con Leticia (de ahí mi sonrisa cuando me contestaron que quizá uds. hablarían de desencuentros).
Y hoy, lleno de ausencia, pienso en ese encuentro con ella y cómo cambió todo. Y pienso que cómo podemos saber si no es que estamos en verdad todo el tiempo rodeados de desencuentros.

Esa chica que casi se sube al colectivo en el que vamos porái era nuestro gran amor… O ese pibe que en 6º grado los padres lo anotaron a la tarde, quizá era nuestro mejor amigo hasta la muerte…

Nunca lo sabremos, probablemente. Pero la sola posibilidad de tanto amargo desencuentro da pavor.

*Y más aún, pues puede ocurrir que en un momento dado se combinen ciertos factores, pero que no sea la ocasión determinada en que pueden interactuar y estallar. A Leticia en verdad la conocí en un plenario de educadores populares en agosto del 2004, pero ninguno de los dos se interesó por el otro ni recuerda muy bien el suceso. Yo le decía que ni siquiera tenía en la mente la imagen de su cara de aquélla vez, que se me hacía apagada. Alguna noche me dijo que así se sentía por aquella época.
Quiero decir, uno piensa: FUEGO + PÓLVORA = EXPLOSIÓN. Pero, ¿y si la pólvora está mojada?

Pareciera que nos queda otra que ir robándole uno que otro poroto al desencuentro, y que nuestros encuentros tengan la menor cantidad de humo posible, así su llama es más viva y su luz más fulgurante, para que de ser posible tarden una vida en apagarse…

Por haber transformado tanto en mi persona en todos los órdenes posibles, Leticia sigue siendo La Mujer de mi Vida. La quiero mucho y siempre le estaré agradecido.
Por otro lado, ustedes me han dado ánimos para empezar a probar algo en la escritura.
Hacía tiempo que tenía ganas, pero me parecía que mi manera de ver las cosas no valía la pena ser comunicada. Y aunque sé que cada visión es particular, también hay maneras afines. Y la suya me hace sentir en casa.
Me han hecho pensar que para ver si alguien te escucha primero tenés que decir algo. Y, esto es lo arduo, que hay que procurar por todos los medios que lo que se dice sea lo más parecido posible a lo que se quiere decir.

El sólo hecho de escribirles estas enruladas palabras me lo ha hecho padecer.
Y disfrutar, claro.

Quizá en la próxima ocasión les haga un pedido de auxilio sobre cómo poder expresar lo que uno no sabe muy bien qué es, pero que se siente ahí. Sobre todo cuando uno no escribió más que cartas, no fue jamás a un taller literario y sus lecturas (y la música que escucha) son casi todas de gente muerta.

Hasta pronto,
Juanmanuel

6:53 p. m. 
Anonymous Anónimo dijo...
Respecto a cómo venía deciendo Juan Manuel, de su encuentro con LMDMV, yo la encontré una tarde fresca hurgando en un revistero de un bar de barrio. Flechazo. Me reía sola, no podía creer tanta casualidad, todo estaba escrito a pedir de mis antojos. Leía emocionada, como si hubiera abierto un frasco de Nutella, esa revista eran sabores, olores, placeres, puro chocolate. Y me quedé con ganas de más. Caminé a casa y de camino me la compré en un kiosko de revistas. Ahora cada mes paso y la kioskera me dice "ahí viene la chica de LMDMV". Alimenta pero no engorda, menos mal.
Besos
Butter

9:59 a. m. 
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