|
miércoles, junio 11, 2008 |
La China en la esquina
|
|
Más allá de los loables trabajos de campo de los licenciados Goldemberg y Zicavo, no hace falta ir a Oriente para ver postales orientales. Globalización mediante, yo disfruto de viñetas dignas de un film de apertura del Bafici a veinte metros de mi casa, en un supermercado chino estándar de una esquina de Villa Crespo, parecido a otros cientos de toda la ciudad. Tengo todos los elementos: cajerita china adolescente súper fashion, con ropa de ésas que sólo se ve en las películas, como medias de lana hasta arriba de la rodilla, y peinado en constante mutación. Muchachito que se pasa el día mirando videos de cámaras ocultas orientales en el monitor de una computadora, al lado de la caja, y riéndose fuerte. Ocasionales gritos entre muchachita y muchachito. Ocasional pop oriental a todo volumen. Y su interacción con el entorno: el coqueteo de la chica con el hombre de seguridad del local de al lado, por ejemplo. O el diálogo con una nena de dos años que entra y la saluda: -Ho-la Mi-mí. -Ho-la Lu-lú.
Hace unos días tuve el orgullo de participar de una escena que podría haber honrado al más lisérgico de los cineastas hongkongueses. Llegué hasta la carnicería, que está -por supuesto- al fondo, atendida por un carnicero argentino, como corresponde. Y mientras hacía mi pedido empezó a sonar por la radio una versión berreta en voz femenina de Imagine, de Lennon. El carnicero empezó a tararear y después, desafiante, a cantar. Los dos repositores que acomodaban rollos de papel de cocina -uno chino y uno criollo- se sumaron al coro. Y yo también, mientras elegía un frasco de dulce, entoné aquello de "imagine all the people living life in peace". Yo canto, ellos cantan, tú hubieras cantado de haber estado allí. Y Tsai Ming Liang también.
Marcela BaschEtiquetas: chinos, imagine, supermercado |
|
posteado por La mujer de mi vida a 7:50 p. m.
|
|
|
|
|
|
|
12:23 a. m.
10:57 a. m.
8:40 p. m.
7:57 p. m.