|
jueves, julio 13, 2006 |
Heredad
|
|
Un malentendido trasvasado de generación en generación; de las ruinas de aquél páramo, iniciamos otro férreo espejismo, cada quien ha recibido su parte: una dentellada en el talón, excesivos indicios para el viaje.
Tomo mi parte como una póstuma bendición del Exilio; extiendo la lengua digo que si, padre, que ya no existes, te recibo, te doy de nacer donde llevo la marca. Ahora devuélveme al silencio.
María Larrieu
|
|
posteado por La mujer de mi vida a 11:21 a. m.
|
|
 |
|
7 Comentario(s):
|
|
<< Home
|
|
|
|